El pescado blanco tiene un contenido en grasas que no supera el 2%, concentrándose en su hígado, siendo un pescado más ligero y de fácil digestión. Entre los aportes nutricionales del pescado blanco están el alto índice de proteínas, sales minerales y gelatina que nos aportan, todos ellos son ricos en vitamina B. Se clasifican como pescado blanco el bacalao, el cabracho, el lenguado, la merluza, el rape, el gallo o el rodaballo.
El pescado azul en cambio, es más graso teniendo entre un 5-10% de grasa. A pesar de ser un pescado más graso y calórico es imprescindible en la alimentación, porque los ácidos grasos que contienen ayudan a mantener la salud del corazón.Son ejemplos de pescado azul el emperador, el atún, el salmón, el bonito, la caballa o la sardina entre otros.
